Las políticas de la memoria, en los países de América Latina que se han visto atravesados por procesos de violencias masivas, denominados como terrorismo de estado y/o conflictos armados internos, durante regímenes dictatoriales y democráticos, han tenido como objetivo común el esclarecimiento de lo sucedido. En estos procesos, los gobiernos han creado instituciones específicas ya sea para investigar los hechos como así también para dar a conocer lo ocurrido como garantía de no repetición. Los llamados archivos de la atrocidad, compuestos por documentos que dan cuenta de los hechos, han sido un emergente de estos procesos de denuncia y esclarecimiento, y a lo largo del tiempo han tenidos diversos usos. En el presente trabajo, analizaremos cómo han sido utilizados en propuestas cuyo objetivo aspira a que las nuevas generaciones tomen conocimiento del pasado al que hacen referencia los documentos y puedan formular una lectura de los mismos resignificada por su presente. Se trata, por tanto, de propuestas con un fuerte contenido pedagógico
Nos detendremos en cuatro casos: Perú, Colombia, Argentina y Chile. Las propuestas que se exponen son iniciativas de instituciones estatales creadas por decisiones gubernamentales, pero que han contado con cierta autonomía de los gobiernos: Lugar para Memoria, Tolerancia e Inclusión Social (LUM) en Perú, Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia (CNMH), la Comisión por la Memoria (CPM) de Argentina y del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile.
La heterogeneidad de las trayectorias, experiencias, y perspectivas de las propuestas que se analizarán, sin bien conforman una vasta agenda de debates y desafíos comunes, también evidencian los fuertes contrastes de los pasados evocados, de los presentes donde se inscriben y de la complejidad y conflictividad donde se desarrollan. Más allá de la verdad que los documentos puedan revelar, lo cierto es que sus usos y disímiles apropiaciones, en los contextos donde se realizan, son elementos fuertemente determinantes de las resignificaciones que del pasado puedan producirse.
En el artículo nos proponemos dar cuenta de algunos de estos elementos, analizando el uso de documentos de los archivos de la atrocidad por parte de las instituciones mencionadas, pensadas como sujetos implícitos de enunciación del pasado, que construyen, a partir del remontaje de documentos de los archivos, un discurso cuyos destinatarios implícitos son las nuevas generaciones a quienes se les “trasmite” y se “enseña”. El corpus analizado está compuesto por las muestras museográficas de Perú, Argentina y Chile, y un recurso pedagógico diseñado para las escuelas de Colombia.