La fundación Víctor Jara organiza desde el 2017 el Festival Arte y Memoria Víctor Jara, en homenaje a Víctor Jara, músico ejecutado durante la dictadura y como evento que aporte a la recuperación del Estadio Víctor Jara como sitio de memoria. El estadio fue inaugurado en 1969 con el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena y posteriormente, desde el 11 de septiembre de 1973 fue utilizado como centro de detención y tortura hasta noviembre de 1974. Este espacio es hoy uno de los tantos ex centros de represión y torturas de la dictadura, que están siendo recuperados y abiertos a la comunidad para la promoción de la memoria y los derechos humanos.
Para la versión del Festival en 2018, Cath Collins, directora del Observatorio de DDHH de la Universidad Diego Portales e investigadora asociada del Programa de Memoria y Derechos Humanos de la UAH se asoció con la Fundación Víctor Jara, dirigida por Joan Jara, artista visual y viuda de Víctor, para sentar bases de actividades que formen parte del proyecto “Supporting Responses to Enforced Disappearance” de la Universidad de Ulster de Irlanda del Norte.
Ese año, familiares de detenidas/os desaparecidas/os de diferentes generaciones se unieron a un conocido dúo musical de padre e hijo para hablar sobre vivir positivamente la memoria y el legado de la desaparición forzada. En un taller realizado durante el festival, el grupo compartió sus esperanzas, temores y decepciones en torno a la búsqueda, la memoria y la justicia. La banda sonora fue el conocido himno de Luis LeBert «Homenaje», que mezcla recuerdos de su amigo Víctor, con un lamento por los desaparecidos y ejecutados. Termina invitando a «un millón de voces» a unirse para asegurarse de que sus vidas no sean olvidadas. El participante más joven tenía 3 años, el mayor, 73. Una pareja viajó desde Argentina para reencontrarse con su propia historia como hijos secuestrados de detenidos desaparecidos.
En 2019, el mismo grupo decidió mirar a otras luchas silenciadas, invisibles, «desaparecidas» en un Chile donde el aparente éxito económico esconde profundas injusticias. El artista mural Heri Tapia se unió a nosotros, y la canción de Luis LeBert «Simplemente» nos impulsó a «perder el miedo a los que son diferentes«. Familiares y sobrevivientes invitaron a estudiantes, migrantes, activistas indígenas y músicos a tomar un descanso de las actividades musicales del festival, recoger un pincel y hablar con su vecino, creando 6 grandes lienzos que hablan sobre racismo, migración, activismo ambiental, música y cultura, violencia sexual, protestas estudiantiles y búsqueda de desaparecidos. Los lienzos adornaban el estadio durante los últimos días del festival, luego se convirtieron en un «archivo / biblioteca mural» vivo, disponible para préstamo a grupos de todo el país y más allá, que están invitados a buscar a los detenidos desaparecidos y la justicia propia.
Este proyecto contó con el apoyo de la Open Society Foundations, Universidad Diego Portales Observatorio de Justicia Transicional y el proyecto Anillos «Tecnologías Políticas de la Memoria» (PIA-SOC180005) de la Universidad Alberto Hurtado, el artista mural Heri Tapia y a la ex presa política, activista de derechos humanos Haydee Oberreuter.
Las imágenes audiovisuales y edición del video son de Daniel Miranda