Recomendaciones a centros de documentación de derechos humanos, escuelas y al Estado propuso el proyecto Tecnologías políticas de la memoria, para el trabajo con archivos de memoria y derechos humanos que registran las pasadas violaciones a los derechos humanos, como también la resistencia, la organización y la vida cotidiana en dictadura.
Según explicó Oriana Bernasconi, directora del proyecto impulsado por la Universidad Alberto Hurtado, la Universidad Austral y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, se consolidaron recomendaciones realizadas por personas, instituciones y colectivos que han hecho uso de documentos resguardados en archivos de derechos humanos en Chile.
“Se proponen formas de trabajar con archivos para potenciar y pluralizar los procesos de apropiación de estos acervos documentales en el país, aportar a la reflexión social y al diseño de políticas y programas tendientes a fortalecer el derecho a la verdad, a la justicia y a la memoria con respecto a este período de la historia reciente chilena”, señaló la directora.
Agregó que “queremos fomentar el acceso, consulta y apropiación de los archivos de memoria y derechos humanos por la comunidad, de modo que sigan participando en procesos culturales, educativos, políticos y estéticos que suceden en la actualidad”.
Para recoger las recomendaciones se realizaron 16 entrevistas en profundidad entre 2019 y 2021 a un conjunto de profesoras/es de enseñanza básica, profesionales de sitios de memoria, escritoras/es y audiovisualistas que han hecho uso de estos documentos de derechos humanos.
Asimismo, se sistematizaron y analizaron las respuestas de 796 profesoras/es de todo el país a la pregunta por recomendaciones para fomentar el uso de este tipo de documentos, incluida en la “Encuesta sobre usos de documentos de memoria y derechos humanos en contexto pedagógico”.
En relación a los centros de documentación de derechos humanos, las y los entrevistados sugirieron potenciar el trabajo en red entre instituciones de distinta naturaleza como universidades, archivos y escuelas, para fomentar el diálogo y el aprendizaje de usuarios provenientes de diversos ámbitos sociales, territorios y generaciones. También propusieron acercar el archivo de derechos humanos a los problemas que enfrentan las y los jóvenes hoy, de modo de entablar diálogos con generaciones que no vivieron la dictadura.
Para las escuelas, recomendaron que las direcciones de los establecimientos incentiven el trabajo con archivos, dado que la enseñanza de los episodios críticos de nuestra historia como sociedad no debiera recaer sólo en una decisión personal de las y los docentes.
Los/as entrevistados/as creen que es fundamental resguardar la libertad de enseñanza para profesores en la temática de derechos humanos y sugieren promover un “aprendizaje situado” de las y los estudiantes, que considere el contexto sociocultural en donde se desenvuelven día a día e incite su capacidad de recabar y analizar memorias en sus entornos próximos.
El Estado es uno de los actores más importantes a la hora de potenciar el uso de archivos de derechos humanos, porque de él depende que se establezcan directrices en las escuelas para que se utilicen como recursos de aprendizaje. Por ello, se requiere la incorporación de la formación en derechos humanos como un objetivo transversal de aprendizaje en las escuelas de Chile, definiendo una política clara en materia de memoria y derechos humanos por parte del Ministerio de Educación.
Durante más de tres años, el proyecto Tecnologías políticas de la memoria ha potenciado variados procesos de apropiación de los acervos documentales resguardados en los archivos de derechos humanos producidos en la época de la dictadura cívico-militar en Chile.-