La circulación pública de los informes de derechos humanos, artefactos escritos de denuncia y de resistencia frente al discurso de negación de los regímenes autoritarios de estas violaciones, están enmarcados en polémicas sociopolíticas. Ellos articulan múltiples enunciados y voces que pueden ser transpuestos a otros informes y temporalidades, adquiriendo funciones diversas. Este artículo busca caracterizar el modo en que los enunciados sobre la denuncia de la represión de la dictadura civil-militar (1973-1979), generados por el Comité de Cooperación para la Paz en Chile y Vicaría de la Solidaridad, organismos no gubernamentales locales, son transpuestos hacia informes producidos por las Nations Unies sobre Chile (1975-1979) y, a su vez, cómo ambos son desplazados hacia los informes de las Comisiones de Verdad en Chile (1991 y 2004). Desde une approche dialogique y temporal, en el corpus se analizan secuencias textuales en que se hace referencia a los informes de derechos humanos mencionados, para identificar el modo de incorporación y funciones pragmáticas atribuidas. Los resultados indican que, en un primer momento, las referencias de informes de derechos humanos locales son reconocidas y autorizadas por los informes Nations Unies como fuentes legítimas de información sobre la represión y se convierten en artefactos de escritura, cuya posesión es perseguida. Los enunciados traspuestos ponen en duda la veracidad de la versión oficial de la dictadura. En un segundo momento, en las Comisiones de Verdad, los informes nacionales son abordados desde la institucionalidad eclesial asociados a principios éticos universales, vistos como repositorios de información, y su labor de resistencia es mitigada y despolitizado, mientras que los informes internacionales se mantienen como una autoridad reconocida.